Por Hilde Adolfo Sánchez F.
Gracias al amigo Amado López, un grupo de músicos tuvimos la oportunidad, en 1987, de estudiar Armonía y Composición con el Prof. Juan Soublette. Cómo aprendimos con el maestro quien todavía comparte su pasión por el ajedrez y la dirección coral con la composición en Maracay. Entre las recordadas cosas que nos enseñó, se me grabó en la memoria cuando, con mucha vehemencia, nos decía a Omar Gómez, a Juan José López, al mismo Amado López y a Jorge Loaiza, entre otros, que si algo sonaba bien, sencillamente estaba bien. No había que mortificarse por indagar si se cumplían o no las reglas establecidas. Debíamos disfrutar aquello y ya. Creo que esto es válido para todas las artes y la composición literaria no es la excepción.
A esto se agrega que en la lengua, el usuario es el artista y como tal selecciona los recursos lingüísticos y extralingüísticos para expresarse. No es la normativa convencional el criterio para aceptar o no la expresión idiomática; sin embargo, son esas normas lingüísticas, con frecuencia erróneamente interpretadas, las que determinan, modifican o eliminan el uso de alguna categoría gramatical, algún sintagma. El limitado uso del gerundio, la incorporación de “accesar” por acceder, de “aperturar” por abrir y la mala interpretación del dequeísmo son ejemplos del impacto negativo que tienen algunas absurdas explicaciones gramaticales en el uso del idioma. Cuando una expresión se impone por el uso, no hay nada qué hacer; las explicaciones gramaticales por lo general tienen la fuerza para modificarlas o afianzarlas. Es cierto, sin embargo, que las convenciones gramaticales se aprenden estudiando la gramática o leyendo; suponemos que a quien leemos conoce la lengua. Miguel de Cervantes Saavedra demostró hasta la saciedad su profundo conocimiento de las lenguas por lo que aún hoy día es excusa para la investigación sociolingüística.
Algunos creen que el dequeísmo consiste en la execración de la expresión “de que” en nuestro idioma. Tremendo error pues el dequeísmo es el uso incorrecto de la preposición “de” antes de la partícula “que”, lo que evidentemente sugiere que a veces está mal, pero en otras ocasiones está bien. “Me convencí de que te quería“, es una demostración del uso correcto, pero “es necesario que vengas” sería un disparate si antecedemos el “que” con la preposición “de”. En la expresión “me convencí de que te quería“, estoy diciendo que me convencí “de algo”. El verbo convencer exige la preposición "de" . De allí el disparate cuando alguien dice "a pesar algo" en vez de "a pesar de algo" (haciendo la sustitución de “que” por “algo”). Caso contrario en “pienso que”, “creo que”, etc. pues al anteceder la preposición “de” caeríamos en el famoso “dequeísmo”. Hay dequeísmo cuando se usa inapropiadamente la preposición en “pensando de que” en vez de “pensando que”. Es incorrecto decir "de que" en "es necesario de que vengas" cuando lo apropiado sería "es necesario que vengas".
La no equivocada corrección del dequeísmo ha reducido de alguna manera la creatividad expresiva del habla hispana. Llega a mi memoria los análisis de las siempre queridas y recordadas Juanita de Viaña así como Zoraida Melo o la brillante compañera de estudios de gramática, Limery Delgado. En todo caso es recomendable buscar todos los ejemplos que podamos y sustituyamos el término de la proposición (dentro de la construcción excocéntrica preposicional) por la palabra ESO y veremos que todo se ve mucho más claro. Por ejemplo: ¿Cuál será?: ¿convencerse de ESO o convencerse ESO? Ciertamente la explicación es lingüística, no lo niego, con todo lo desagradable que puede sonar. Si se tratara de un problema de uso o de una explicación impuesta por los hablantes, no me ocuparía del tema como el cambio de significado de la palabra RUTA en Barquisimeto. La explicación que con frecuencia se oye para destrozar el uso del “DE QUE” es aparentemente lingüística y eso debe ser aclarado. El recurso de autoridad es acicate para imponer una aberrante expresión y eso debe ser atacado con todos los medios que estén a nuestro alcance.
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Publicado por Hilde Adolfo Sánchez F. - 9:17 AM